Sisara
Ante el avance de Barac, el Señor desbarató a Sisara a filo de espada, con todos sus carros y su ejército, a tal grado que Sisara saltó de su carro y huyó a pie. Jueces 4:15.
Lo voy a repetir una vez más: la repetición es la madre de la sabiduría. Si colocas tu fe en cualquier otra cosa que no sea Dios, estarás colocando tu fe en algo equivocado.
Sisara, quien terminó muerto por una mujer, decididamente tenía su fe en sus novecientos carros de hierro para la guerra. Con esa división “motorizada”, Israel no tenía otra opción y, durante veinte años, fueron esclavos de Jabín, el rey de Canaán, de quien Sisara era comandante del ejército.
Sisara estaba seguro del poder de sus carros. Estos elementos le daban rapidez para moverse en el campo de batalla.
A la fuerza de Sisara se sumaba la debilidad de Israel. El resultado de las batallas resulta fácil de adivinar. Sin embargo, el versículo que estamos usando como base dice que Dios derrotó a Sisara. Cuando Dios entra en el juego, lo que era una derrota segura se transforma en una victoria incuestionable. Dios cambia todo. Él derrotó a Sisara con todos sus carros, con todos sus hombres, con todas sus armas. Él lo colocó en la mano de una mujer -Jael-, que en un primer momento no sabía quién era aquel que estaba ocultando, pero cuando lo descubrió como al enemigo de Dios y de su pueblo, no tuvo miedo en matarlo como lo hizo.
Es posible que la tentación se te presente hoy con terribles carros herrados, que vienen con fuerza tal que puedan segar tu vida espiritual, tu fe, tu comunión con Dios. Pero el gran secreto del texto de hoy es que si Dios está peleando tu batalla no hay enemigo, ni tentación, ni altura, ni profundidad, ni tribulación, ni angustia, ni hambre -diría el apóstol Pablo- que pueda derrotarte.
Dios puede vencer tus batallas, si lo dejas actuar. No hay enemigo que sea lo suficientemente poderoso como para hacerlo retroceder. No hay nada ni nadie que pueda vencerlo. Para eso, no fijes tu atención en los carros del enemigo, sino mira hoy al Señor de los ejércitos, que tuvo poder para derrotar a Sisara y que coloca el mismo poder hoy a tu disposición.
Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2014
“365 Vidas”
Por: Milton Betancor
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